Vida deportiva, vida sana.
Hacer ejercicios es mucho más que tener una buena línea.
El sedentarismo no sólo mata cada día un poco más el cuerpo, sino que lo debilita y no permite que funciones básicas se realicen satisfactoriamente.
Por ejemplo: nuestro corazón se llena de grasa a causa de las comidas rápidas y poca estimulación que se le otorga a este músculo, latiendo más lento cuando se necesita estar alerta, y viceversa, latiendo más rápido cuando se está en reposo. El ejercicio permite el aumento del calibre de las arterias coronarias, lo que ayuda a que el corazón transporte de manera eficaz la sangre por todo el cuerpo, eliminando las grasas acumuladas, por lo que el corazón funciona de manera óptima.
El deporte no tiene por qué ser una obligación de resistencia y dureza, hay miles de formas de practicarlo tranquilamente. Una vida deportiva favorece el funcionamiento del cuerpo además de cuidarse en mejores condiciones que a la larga podrán ser agradecidas.
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